Parte III El Enfoque
Espiritual
¿Cuál
es nuestro destino espiritual? Parecería que el mundo es nuestro destino,
pero… tan solo es uno transitorio. Por
ello Jesús dijo a los fariseos: “Yo soy de arriba… Yo no soy de este mundo”
(Juan 8: 23). El destino espiritual es intemporal y trasciende el mundo, por lo
tanto consiste en vivir y experimentar la existencia que trasciende a lo
corporal y material.
El enfoque espiritual es paradójico: no hay que ir a
ninguna parte, se halla en el mismo ser. Corresponde a la experiencia interior conectada
a espacios del corazón que otorgan sentido y propósito a la vida. La
espiritualidad brinda la percepción de pertenecer a una vastedad más allá de
nuestro ego, que conecta y relaciona al ser en forma armoniosa con todo lo
existente.
No
consiste en alcanzar como resultado alguna meta lejana, pues como bellamente lo
expresó Shunryu Suzuki: “El resultado no
es el punto; es el esfuerzo para mejorarnos a nosotros mismos lo que es
valioso. Para esta práctica no hay fin”. Este esfuerzo lo vemos en sus
frutos, al manifestar sabiduría, armonía, no-violencia, compasión, paz y,
fundamentalmente, felicidad y alegría.
El
logro del destino espiritual asemeja al esfuerzo de ascender a una montaña.
Cuando
ascendemos parece que pronto llegaremos a la meta, pero son pequeñas mesetas,
que dan un descanso. Muchos, satisfechos con el esfuerzo, quedan allí, listos
para regresar. Los menos continúan. La ladera se hace más escarpada, hay menos
árboles, hace más frío. Tras mucho esfuerzo llegan a un refugio. Un lugar para
reponer fuerzas, superar las dudas, reafirmar el propósito y el sentido de la
existencia. Las demandas son mayores. Nuevamente son muy pocos los que se determinan
a seguir. La montaña se hace más hostil.
De
allí en más, llegar a la meta semeja caminar sobre una cuerda tendida sobre el
abismo. Es para muy, muy pocos. Es para los que se mantienen concentrados, en
equilibrio, conscientes y despiertos. Finalmente se llega a la cima. Se
contempla los 360 grados del vasto universo, se conoce toda la verdad. ¿Qué
verdad y qué universo? Pues la verdad y el universo del propio ser. El ser que
fue, que es y que será. El ser que está unido con el todo. El ser que es un
holograma conteniendo la totalidad en unidad. Reconocerse como el Cristo, “Yo y
el Padre, el Ser Infinito, somos Uno”. En ese momento ¿qué queda por hacer? El
ser se enfrenta con la ascensión, el Nirvana,
o el regreso.
Si
se regresa es para ayudar a otros. Ser
igual a todos los demás, con la visión de que detrás de cada individuo hay una
manifestación del infinito, que puede liberarse de sus cargas y limitaciones y
vivir despierto a esa realidad. Desde el llano contempla la montaña.
La ascensión en la dinámica del ser, la
tuvieron los yoguis en montañas y bosques.
Cada vez que la elevación espiritual fue mediante aspectos materiales externos, condujo al fracaso. Por ejemplo, Buda en su búsqueda hasta bordear la muerte con el ascetismo extremo, fue un fracaso. Su destino espiritual lo halló cuando batalló internamente. Concentrado en su propia conciencia bajo un árbol, luchando contra las creencias perversas de la mente, hasta que tocó tierra, entonces alcanzó la revelación iluminada del ser. A su vez los profetas como Elías y Eliseo hallaron su destino espiritual en el desierto. También Jesús, para hallar su destino espiritual, tuvo su lucha en el desierto. Se dice que su concentración duró 40 días y 40 noches, luchando contra las perversidades en su propia mente.
Cada vez que la elevación espiritual fue mediante aspectos materiales externos, condujo al fracaso. Por ejemplo, Buda en su búsqueda hasta bordear la muerte con el ascetismo extremo, fue un fracaso. Su destino espiritual lo halló cuando batalló internamente. Concentrado en su propia conciencia bajo un árbol, luchando contra las creencias perversas de la mente, hasta que tocó tierra, entonces alcanzó la revelación iluminada del ser. A su vez los profetas como Elías y Eliseo hallaron su destino espiritual en el desierto. También Jesús, para hallar su destino espiritual, tuvo su lucha en el desierto. Se dice que su concentración duró 40 días y 40 noches, luchando contra las perversidades en su propia mente.
La
espiritualidad destina al individuo hacía las capacidades más elevadas del ser:
la visión, la sabiduría, la creatividad, la calma, la armonía, la imaginación,
la bondad, la compasión y el amor incondicional, entre otras. Es una oportunidad de amar, crear arte y
felicidad, desarrollar actividades que expandan nuestros talentos de ser, de
experimentar lo inefable en un deporte, en la meditación sentada o en
movimiento, o en nuestras actividades diarias de servir con amor.
El enfoque espiritual, permite —estando en el
mundo—, vivir nuestra verdadera identidad. La que muchas veces se halla oculta
bajo las capas de ambiciones, materialidad, sufrimientos, egoísmos,
aferramientos, deseos, y creencias diversas.
Por ello todo camino espiritual comienza con la purificación de nuestra mente y
corazón. Una consciencia purificada abre el camino de crecimiento para que
nuestro ser bello y puro, el auténtico y sin mancha, el iluminado y despierto
del que hablan místicos, maestros y profetas sea una realidad.
La
perspectiva espiritual permite vivir desde una dimensión intemporal, independiente
del soporte material, desde el ser-acá como pura conciencia, en vez del ser-ahí, en el mundo. Vivir fuera
del tiempo hace que la conciencia nos renueve. Por ello internamente no importa
la edad nos sentimos siempre jóvenes. La elevación de la conciencia hace que la
humanidad se encamine a la búsqueda de condiciones que eliminen el
envejecimiento, y hagan que el cuerpo se corresponda con la conciencia
espiritual
Desde
antiguo el hinduismo aseguraba al individuo, mediante el libre albedrío, la
posibilidad de crear su propio destino. Lógicamente el mismo estaría influido
por la ley moral del karma, de causa y efecto de cada acto. El budismo refuerza
esta idea complementándola, en el proceso de morir, con la práctica de la
imaginación lanzando la conciencia a una nueva dimensión donde el ser continúa
su existencia.
El
ser spiritual no solo determina su destino, también determina su circunstancia.
Es dueño y señor de su ser. Esta convicción le permitió a Ralph Waldo Emerson adoptar
con amplitud la doctrina espiritual. Reconoció que la medida espiritual de
inspiración determina la profundidad del pensamiento, y nunca quién lo dijo. Por
ello afirmó: “Tú piensas que soy una criatura de mi circunstancia: Yo produzco
mi circunstancia.” (You think me
the child of my circumstances: I make my circumstance “The Transcendentalist”).
Para los pensadores
trascendentes lo sagrado no era la religión,
sino la vida. Lo único sagrado era la integridad de la conciencia individual.
Hoy
en día, el destino espiritual no requiere subirse a un tren o un avión, para ir
a un desierto o la montaña más alta. No. No requiere ir a ninguna parte, sino a la dimensión
superior del mismo ser. El ser divino, el ser sagrado, el único ser de cada
uno, el núcleo iluminado y espiritual que mencionó Jesús y demostraron
profetas, yoguis, y místicos. Esta parte esencial le pertenece a todos los seres.
La pregunta
es ¿cómo se logra? Mediante prácticas conocidas: la meditación, el
silencio, lecturas inspiradas, la
soledad, el canto, la oración constante, el uso de mantras, el baile, la
música, etc. Hoy día hay muchas opciones, parafraseando al Prof. Leo Buscaglia
es posible elegir la alegría sobre la desesperación; la felicidad sobre las
lágrimas; la acción sobre la apatía; el crecimiento sobre el estancamiento; es
posible elegirse a uno mismo, elegir la vida. Es tiempo de reconocer que no
estamos a merced de fuerzas mayores que uno. Nosotros somos verdaderamente la mayor fuerza para nosotros mismos. (Living, Loving and Learning). Únicamente
si estamos descentrados y perdemos la órbita de nuestro verdadero ser, nuestro
destino estará fuera de nuestras posibilidades.
El
rabino Zalman Schachter, escribió en The
First Step: “Nuestra intención es siempre libre. No existe nada que pueda
obstruir nuestra intencionalidad. Incluso si el mundo entero nos coerciona
dentro de sus esquemas, siempre podemos “intentar” lo que queremos”. Da un
ejemplo muy interesante -pude demostrar algo similar-. Él sostiene que si nos
hallamos bajo el torno del dentista, y sentimos el punzante dolor, podemos intentar hacer de este dolor un
ofrecimiento de amor. Amor a Dios o a quien deseamos. En mi caso la solución
era mantener mi mente fuera del dolor y concentrado en mi identidad espiritual.
El espíritu no sufre y nuestro ser tampoco.
Espiritualmente
cada persona puede escoger el enfoque que le sirva para avanzar en la búsqueda
del destino espiritual. En este sentido Sue Bender, para quien el diario vivir
puede ser una experiencia sagrada, dijo:
La forma externa, la práctica, y la
denominación pueden ser diferentes para cada uno de nosotros, pero en una forma
profunda y todo-comprensiva yo creo que no estamos solos. Existe un espíritu, un poder superior —el universo—guiándonos, conduciéndonos a
aquello que significa aprender, y a hacer: nuestro destino, nuestra
contribución única a los demás (The Power of Small Things, in Handbook for the Spirit, New World
Library, 2008).
Si
estamos en sintonía con ese poder superior, el universo o el espíritu, ese
poder nos guiará y dará el contexto correcto para un destino correcto.
La
concepción del destino espiritual ofrece la libertad de, por lo menos, intentar
morar en nuestra conciencia espiritual y, con ella, navegar hasta emerger en la
vasta eternidad de la existencia.
©Pietro Grieco
©Pietro Grieco
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Dear Pietro,
ResponderEliminarThis article is absolutely the finest you've ever written & the finest description of the spiritual journey I've ever read.
Your examples & descriptions are authentic and exquisitely beautiful. I was right with you.
So very beautiful! Thank you!!!
Just as I began to read the wonderful article, I copied this because I love it so much:
The spiritual approach is paradoxical: do not go anywhere, it is in the same being. Corresponds to the inner experience of the heart connected to spaces that give meaning and purpose to life. Spirituality gives the perception of belonging to a vastness beyond our ego, which connects and relates to be harmoniously with all that exists.
A-men!
Shannon
Muy buena conclusion despues de los otros dos enfoques , el espiritual me brinda paz y claro a su vez trabajo para meditar , orar mas y con mayor eficacia, y corregir mis decisiones.
ResponderEliminarMuchas gracias Pietro
Bianca
Pietro:
ResponderEliminarMe gusta mucho...
" Si estamos en sintonía con ese poder superior, el universo o el espíritu, ese poder nos guiará y dará el contexto correcto para un destino correcto."
GRACIAS
Maria Luisa
Dear Soul Brother Pietro,
ResponderEliminarI loved this writing on destiny beyond,
then, oh yea,
you are!
Love.
Scott