¿Qué motiva a los
terroristas? Un estudio sostiene que el aspecto principal que los motiva es “lo
que poseen en su corazón”, o sea su sentir espiritual. En occidente dado la
prevalente visión materialista se subestimó esta dimensión y su influencia en
las acciones humanas. Como seres con la
misma esencia espiritual deberíamos conectar empáticamente en esa dimensión para
comprender y evitar la violencia.
El 4 de setiembre
de 2017, la cadena de noticias CNN, se hizo eco de un estudio sobre prisioneros
del ISIS, entrevistados en Kirkurk, en el norte de Irak, por Scott Atran y sus
colegas, (publicados en Nature
Human Behaviour). El mismo demuestra la íntima relación del terrorismo con la
espiritualidad. El estudio revelara que también los soldados kurdos, que los
combatían, poseían un compromiso con valores sagrados, una prontitud por dejar
la familia por dichos valores, y la fortaleza por la pertenencia al grupo o la
comunidad que representaban.
Comprender este
fenómeno es imprescindible para establecer algún tipo de conexión y
entendimiento, pues se podrá matar gente, pero a las ideas, a los valores, y a
principios espirituales no se los puede matar. La única posibilidad es
presentando ideas, valores y principios espirituales superiores para elevarlos
y transformar a esos individuos en seres humanos superiores. Al mismo tiempo, aceptar
con humildad que, en este proceso de
empatía y comprensión, también nosotros podremos, elevarnos y fortalecernos.
Luego del ataque
a las Torres Gemelas en Nueva York, las reacciones mayoritarias fueron de
venganza y persecución a los culpables. Muy pocos intentaron (como Arum Gandhi,
nieto de Mahatma Gandhi, y otros) comprender la motivación de los que
sacrificaron su vida para realizar un acto tan extremo. ¿Por qué lo realizaron?
¿Se hubiera evitado si hubieran sido escuchados de corazón a corazón? Pocos
percibieron que estaba relacionado con su espiritualidad. Comprendida como
sentimientos y valores interiores tan intensos que les permitía morir por ellos
sin importarles su familia, sus amigos, ni el sufrimiento del prójimo. Esto no
es nuevo, unos dos mil años atrás, hubo cristianos que aceptaban morir
devorados por los leones, en algún circo romano, convencidos de su
espiritualidad. Durante la guerra de Vietnam, también hubo monjes budistas que
se quemaron vivos, como actos de protesta.
Según Atran y sus
colegas, las primeras entrevistas cara a cara, no resultaron útiles, por el
contrario los prisioneros se irritaban. Cuando desarrollaron una nueva línea de
investigación con preguntas relacionadas con sus valores espirituales, los
terroristas comenzaron a abrirse al diálogo. La idea de Scott Atran era que
conocer su forma de pensar podía ser útil para determinar políticas comunes de
lucha antiterrorista.
En “El Arte de la Guerra”, escrito por Sun
Tzu (o Sunzi) 544-496 BCE, considera que la guerra es el arte de la persuasión,
una batalla por ganar mentes y corazones. Para ello el mejor general debía ser
un iluminado maestro taoísta. Este texto fue apreciado a través de la historia
por estrategas de todo el mundo. Algunos conceptos básicos son: 1) Entender la
mente del enemigo para saber cómo afrontarlo; 2) evitar el enfrentamiento directo,
realizarlo en cambio a través de una estrategia de desarrollo indirecto.
Finalmente un enfoque filosófico: “la mejor victoria es la que se logra sin
luchar”. Simples conceptos que reflejan la acción de la inacción taoísta. En
occidente, parece que a las personas las mueve más la pasión que la
comprensión, y que la venganza guiara el accionar de la mayoría, pese a estar
condenada por los llamados libros “sagrados”. Sin dejar de protegerse, hay que
penetrar en el núcleo duro de las pasiones con ideas fuerza. El agua, no lucha,
avanza evitando los obstáculos. ¿Hay que recordar que el agua vence a la
piedra? La mejor victoria es la que se obtiene sin luchar. ¿Cómo hacerlo?
Mi experiencia me
indica que el terrorismo comienza con un sentimiento negativo individual o
semi-individual. Siempre vemos y nos ofendemos por lo que nos molesta o duele.
Rara vez observamos qué duele o hace sufrir a otras personas, especialmente en
lugares distantes. Aquello que genera indignación, rabia o resentimiento por lo
que alguien considera una injusticia, una discriminación, un maltrato, una agresión,
una no aceptación, etc., sea real o imaginario.
Esos sentimientos quedan como
semillas latentes en la mente, y un hecho, o un mensaje por internet u otro
medio, las despiertan y hace germinar. Este estado latente es aprovechado por
los que “pescan” o reclutan jóvenes, para usarlos para sus propios fines. Una
vez indoctrinados, pueden ejercer una violencia “espontánea” para herir, matar
y atemorizar en una escuela, una maratón, un cine, a la salida de un lugar
bailable, medios de transporte, recitales de música, mayoritariamente en
cualquier lugar donde haya gente inocente, despreocupada e indefensa.
Una
característica del terrorismo es que se presenta sin el sentido lógico
tradicional. No sigue el proceso de pensamiento de causa y efecto. Massimo
Teodorani (Astrofísico) en su libro titulado “Cincronicità”, intenta demostrar la relación entre la física y la
psique. Sostiene que a nivel de
partículas elementales los estudios demuestran en forma indubitable que la
realidad fenoménica que normalmente esperamos que sea lineal de causa a efecto,
posee en su base una matriz en la cual el principio de causalidad deja de
existir. Este astrofísico coincide con otros pensadores provenientes del
campo de la ciencia. Pues sin muchos preámbulos dice: La matriz de nuestra realidad es espiritual,…, por el momento los mismos
eventos sincrónicos parecen recordarnos que nosotros no somos observadores
pasivos de un frío universo de relojería, sino también actores de la creación.
Esto es fundamental pues como actores activos de la creación nuestros
pensamientos, nuestras oraciones, nuestras intenciones y meditaciones tienen
influencia en lo que acontece en la matriz de la realidad. (Sincronicitá, Il legame tra física e psiche, da Pauli e Jung a Chopra, Gruppo Macro, 2017, Cesena (FC) Italia).
A su vez, una
teoría propuesta por el francés Jean-Pierre Garnier-Malet, sostiene que de
acuerdo con la teoría cuántica, somos onda y partícula, y como tales habitamos
dos tiempos: uno consciente y perceptible, y otro inconsciente e imperceptible.
En el tiempo imperceptible podemos hacer millones de cosas, que luego pasamos
al tiempo perceptible. Esta es la información que se presenta en forma
sintetizada como intuición. Esa es la explicación, para este teórico, de la
forma mediante la cual es posible ver los peligros antes de sufrirlos y poder
borrarlos. Sin duda esta es una nueva explicación a un fenómeno muy antiguo. La
visón de la solución al sueño del faraón, por parte de José, y comprender los
años de cosechas abundantes; seguidas de siete de sequía, permitió programar la
solución y evitar la hambruna.
Los ataques
terroristas no son los ataques clásicos de un ejército contra otro, o de una
nación o facción contra otra. El primer objetivo no es conquistar un
territorio, es conquistar campos mentales desocupados o débiles. Esas mentes
luego se asemejan al mundo cuántico, son reacciones en las cuales el orden
lógico, dejó de existir. Por ello aparecen en forma casi espontánea en
individuos movidos por una idea dogmática, impuesta fanáticamente, para imponer
una visión o ideología a otros.
El terrorismo además de atemorizar pretende
instalar odio y violencia donde hay paz y armonía. Hace un tiempo escuché a un
filósofo sostener que toda lucha es espiritual, porque todas las guerras son
luchas de ideas, y las ideas provienen del espíritu. Luchar contra las ideas
mediante cañones, aviones, tanques, portaviones o bombas es una pérdida de
tiempo y recursos, pues ninguna bomba ni cañón mató una idea.
Capturar al que
colocó una bomba o saber quién era el que se suicidó, no termina con el
terrorismo ni la violencia en nuestras comunidades y el mundo. Es necesario ir
al origen donde se ocultan las semillas de la enfermedad del odio y violencia,
para que no germinen ni se dispersen como una plaga. Tenemos que crear los
anticuerpos para detener y sanar la plaga. Esta es una lucha espiritual. Un
concepto que comparten muchas tradiciones dice “Tal como el hombre piensa él
es”. Lo que pensamos es lo que nos define y determina acciones y consecuencias.
Ernest Holmes, decía “Los pensamientos son cosas”. Si alguien nos arroja una
cosa, una piedra, o un pensamiento estaremos indemnes si poseemos un escudo
inviolable, no arrojando otra piedra, ni el ojo por ojo y diente por diente.
Desarrollar el sistema inmunológico contra la violencia es una responsabilidad
de todos. La Biblia habla de salir revestidos con el escudo del espíritu.
Los pensamientos (halagos
o insultos llegan y son percibidos sean malos como buenos). Es nuestra misión
saber qué sembrar. El triunfo de Gandhi fue oponer la no-violencia a las
armas. Todo ser humano es redimible,
como lo fue Nelson Mandela, quien de querer poner bombas, lo que lo llevó a la
prisión, allí mismo con la meditación adquirió comprensión y aprendió sobre la
no violencia, la cual lo llevó en forma indirecta al triunfo. El sicólogo
Marshal B. Rosemberg, cuenta su historia, de cómo era agredido de niño una y
otra vez, sin siquiera entender por qué. Con el tiempo entendió que lo hacían
por ser judío. Por ello dedicó su vida a desarrollar empatía y una comunicación
no violenta. En su libro “Habla Paz en un Mundo de Conflictos” (Speak Peace in a World of Conflict,
Marshall B. Rosenberg, Puddle Dancer Press, 2005, Encinitas (CA)), dice: “Lo
que digas de inmediato cambiará tu mundo” (“What you say next will change your
world). Jesús la expresó muy simplemente: lo que siembras cosecharás. Representa la ley moral del karma, es una ley
de causa y efecto notable. Rosemberg demostró en la franja de Gaza, que su
sistema funciona, enfrentando, con empatía, a los que se consideran sus
enemigos, logrando que ¡lo invitaran a sus casas a cenar como amigo!
El problema del
odio no se sana con más violencia o más odio, pues es muy difícil saber dónde
parar en el regreso al infinito buscando una causa en el pasado. El odio surge
por lo que se cree es una gran injusticia contra la forma íntima de pensar,
además de las agresiones con bombas o
ahogo económico a gente indefensa. Es verdad que en estos momentos la mayor
violencia a nivel mundial proviene de sectores musulmanes, pero el caso
conocido en Estados Unidos como el “Unibomber”, no lo era; los Beatles sufrieron una enorme violencia
por grupos radicales cristiano, porque de ellos dijo que eran más famosos que
Jesucristo. Quemaron sus discos y canciones, debieron moverse con guardia de
seguridad especial por las amenazas. El odio puede surgir en la mente de un
fanático de un club de básquet, rugby o de fútbol porque otra persona utilizó
un cántico del equipo contrario y agredirlo.
¿Cómo vencer sin
luchar? Si hay quienes siembran semillas de odio, millones podemos sembrar
semillas de amor, comprensión, bondad, respeto, compasión, afecto, alegría y
amistad. Esta es una espiritualidad práctica. Enviar mensajes mentales, o por medios de comunicación o Internet, que
llenen las mentes de buenos sentimientos no es inocuo, demostrar compasión no
es una simple necesidad, necesitamos compasión para nuestra supervivencia,
sostuvo el Dalai Lama. El trabajo de sembrar semillas de amor y misericordia es
el trabajo de todo ser humano, sea cual sea el enfoque espiritual que
practique.
Sostengo que todo
ser humano tiene el derecho a defenderse de una agresión, pero para la guerra
espiritual hay que luchar con ideas espirituales. No debemos pensar en convertir
ni convencer, es suficiente informar y compartir mensajes para inspirar y ser
inspirados, como estos de Rumi.. Doy
como ejemplo algunos poemas breves de Rumi.
De
Moisés y el Pastor: Dentro
de la Kaaba / no importa en qué dirección uno orienta / ¡su alfombra de
oración! / El buceador del océano no necesita ¡zapatos para la nieve! / La
Religión del Amor no tiene código o doctrina. / Solo a Dios.
La Religión del Amor: La secta de amantes es
diferente de todas las demás. / Los amantes tienen una religión y una fe
propia. / Aunque el rubí no posee un sello, ¿qué importa?/ El amor no tiene
miedo en el medio del mar del temor. (Poetry of the Spirit, E:
Alan Jacobs, Barnes & Noble, 2005, New York).
Recordemos la
sabiduría del Jefe Seattle: “El hombre no
tejió la red de la vida. Es solamente una hebra en ella. Cualquier cosa que
haga al tejido o, a la web, se la hace a sí mismo. Todas las cosas están
unidas. Todas las cosas se conectan.” O sea, todos los que ejercen la
violencia, se la hacen a sí mismos. Por esta razón todas las formas de
violencia terminan derrotadas.
Debemos reconocer
que lo que pensamos es importante y tiene consecuencias, la ley del karma es
eso, todo pensamiento tiene su consecuencia. Podemos pensar y hacer lo que
queremos, pero nunca evitaremos las consecuencias de nuestros pensamientos y
nuestros actos. Todos podemos pensar, y sería muy útil asumir la
responsabilidad de pensar en base a principios elevados y sanadores, principios
de amor, paz, justicia y armonía. Ellos tendrán su consecuencia. No nos
abandonemos al olvido. Si el terrorismo depende de otros, la armonía depende de
nosotros. Mantengamos la armonía en nuestro pensamiento diario, pues de ello
depende el futuro del ser. Nuestro ser.
©Octubre/2017, Pietro Grieco